La vida no para, no se detiene y nos ofrece un sin fin de posibilidades, de cambios, de lecciones y de vivencias.
A veces, todo ocurre tan deprisa y son tantos los cambios que pierdes el «norte», ya no sabes a donde ibas o con quien viajabas, no puedes más que confiar en que la vida volverá a ponerte en el camino correcto, puede que ya no sea el mismo por el que caminabas, puede que ya no camines junto a las mismas personas.
Cuando sientas que no sabes a donde vas….céntrate en cómo te sientes, e intenta que esos sentimientos sean positivos, piensa en todo lo que la vida te ha dado hasta ahora, en todos esos buenos momentos, sonríe y aunque cueste….procura disfrutar lo más que puedas de todo ese caos.
Poco a poco, encontrarás de nuevo tú camino, y serás más fuerte y más valiente que la última vez que te perdiste. Solamente confía en ti.
Lo dicho….no sé a donde voy pero sí sé cómo quiero sentirme.