Todos y cada uno de nosotros tenemos manías, de echo se dice que cuando nos vamos a vivir solos esas manías se hacen más intensas o reales por así decirlo.
Hace unos días estrené el pijama que me regaló mi hermana por reyes…tiene un tacto suave como algodón. Ese mismo día le mandé un mensaje a mi hermana diciéndole, primera y última vez que va a tener este tacto tan suave.
Me encanta el tacto a nuevo, pero una vez que lo usas y lo lavas ya no es lo mismo, o al menos a mi no me lo parece.
Me molesta la primera vez que se me manchan unos zapatos o unas zapatillas y sin embargo disfruto con unas zapatillas viejas…
Odio dormir con la puerta abierta de la habitación, de echo odio dormirme si hay alguna puerta de cualquier habitación abierta. No enciendo la luz si me levanto de noche, prefiero andar medio dormida por la casa y volver al calor de las sabanas lo antes posible.
No me gusta que me hablen o tener que hablar antes de tomarme un café, una ducha y llevar algo así como media hora despierta (en esto he tenido que hacer alguna que otra excepción, hay personas que lo merecen).
Si me vas a contar algo, no me des palmaditas para que te preste atención, esos golpecitos en el brazo o en el hombro me ponen nerviosa y acaban con mi paciencia.
No soporto que me doblen las esquinas de los libros, tampoco me gusta escribir en los libros….una vez alguien me dijo que cualquier libro de mi estantería podía volver a ser vendido puesto que a pesar de haberme leído cualquiera varias veces seguía estando impoluto.
Me dan dentera las uñas cortas, si se me rompe alguna mucho, me tengo que poner una tirita hasta que crezca lo suficiente.
Odio que me toquen el pelo, los masajes en la cabeza son muy relajantes pero de verdad que no me importa que te los ahorres.
Si te acabo de conocer no me llames cari, ni cielo ni ninguna cosa que se le parezca por que huyo y es poco probable que vuelvas a saber de mi.
No, no me gusta el rosa, aunque con los años he llegado a hacer excepciones y a veces lo llevo solo por llevarme la contraria a mi misma.
Me gusta ir a contra corriente, si todos eligen A es muy probable que yo eliga D.
Me es muy difícil deshacerme cualquier cosa que me recuerde a alguien… Si lo sé, Marie Kondo tendría un serio problema conmigo.
Me encanta el olor y la sensación de una cama recién hecha. Adoro el olor a café, a hierba mojada y el olor a mar. Sentir el sol en los días de invierno, sentarme en primavera en un banco y leer un libro, soñar despierta. Caminar descalza por la arena, el sonido de la lluvia, una tormenta de verano o el rugir del mar.
Hace años que no lo hago pero me encanta desayunar café con cereales y sí el café esta caliente (esa cara que ponéis ahora es la misma que ponían mis compis ingleses)
Si estoy de mal humor o triste, pero un niño me sonríe se me pasan todos los males.
Bailo en cuanto suena la música…casi cualquier tipo de música. No canto ni bien ni mal, pero si me sé la letra es poco probable que me quede callada.
Me encanta reír, que me hagan reír y hacer reír. Una sonrisa justo en el momento adecuado puede cambiarme el día y también cambiárselo a quien tu sonríes.
Estas son algunas de mis manías y otras cosas que me encantan, una amiga ayer me dijo que conociendo las manías de alguien es una manera de conocer más a esa persona…
Y la verdad es que no tenía claro si publicarlo o no, pero… aquí esta, me gusta como ha quedado y en este rinconcito yo marco mis propias reglas.
Que me dices, ¿me cuentas alguna de tus manías?, ¿Te atreves?
LO SABEN MIS ZAPATOS 